Córdoba sufre la consecuencias de la expansión horizontal de la mancha urbana, hacia sierras chicas (noroeste de la ciudad), la “mancha de aceite” que tanto preocupa a la hora de pensar en el desarrollo de una ciudad mas sostenible.

Es así como proponemos trabajar con 3 unidades, dos de ellas en triplex y una en dos niveles que incorpora al primer habitante del lugar, un algarrobo de aproximadamente 15 años de edad, que sin dudas tenía que convertirse en el protagonista de la vivienda que lo acogiera.

Otra cosa que nos interesaba era trabajar sobre el programa de la vivienda, incorporando un espacio de uso hibrido, donde las personas pueden plantear las actividades de acuerdo a sus necesidades, es decir, un plus flexible que plantee libertad de acción. En la pandemia fuimos más conscientes que nunca sobre la necesidad de tener en las viviendas este espacio plus flexible, que se convierta fácilmente en un área de trabajo, de clases virtuales, o simplemente de ocio, un lugar para escaparse de la rutina.